Efesios
3:6-9 Menos que el más pequeño
6 que los gentiles son coherederos y miembros
del mismo cuerpo, y copartícipes de la promesa en Cristo Jesús por medio del
evangelio,
7 del cual yo fui hecho ministro por el don de
la gracia de Dios que me ha sido dado según la operación de su poder.
8 A mí, que soy menos que el más pequeño de
todos los santos, me fue dada esta gracia de anunciar entre los gentiles el
evangelio de las inescrutables riquezas de Cristo,
9 y de aclarar a todos cuál sea la dispensación
del misterio escondido desde los siglos en Dios, que creó todas las cosas.
Comentario:

V.8
Pero ahora no podemos permanecer indiferentes ante el héroe de la humildad y
quien escribe esta carta. De muchos se puede hablar por su grandeza pero de
pocos por su pequeñez. El hombre se siente bien cuando es reconocido, pero
Pablo se siente bien siendo pequeño en sus sentimientos y esto es lo que Dios
exalta. Hoy necesitamos gente que no quiera ser reconocida, que no ande
buscando ser valorada. Desde un tiempo atrás vengo meditando en este tema un
poco olvidado para muchos porque no nos conviene.
Pablo
se inventa una palabra, un título para colocar sobre su frente y hace un
comparativo y dice de sí mismo: “yo, menor que el más pequeño de entre los
santos” (3:8), diciendo que todos son más santos y más dignos que él.
Éste
es un hombre digno de ser analizado y tenido en cuenta, que dice de sí mismo
haber sido golpeado tres veces con palos; una vez casi muerto a pedradas; que
estuvo tres veces en naufragios; una vez tuvo que pasar todo un día y una noche
perdido en medio del mar, viajando de aquí para allá continuamente; estando en
peligro en los ríos, en peligro de ladrones, en peligro por causa de sus
compatriotas y de los que no eran judíos. También haber estado en peligro en
las ciudades, en los desiertos y en los mares, en peligro por causa de falsos
hermanos. Haber hecho trabajos duros y fatigantes; pasado muchas noches sin
dormir; muchas veces sufrido hambre y sed, y tenido que soportar el frío sin
tener con qué cubrirse. Tenido muchos otros problemas y, sobre todo la
preocupación diaria por todas las iglesias. Que cuando alguien se debilita, él
se sentía débil y cuando alguien hacía pecar a otra persona, se molestaba
mucho. Para finalizar diciendo que si tenía que enorgullecerse de algo, era de
las cosas que mostraran su debilidad. (2°Corintios 11: 25-30) A éste hombre, el más pequeño de todos los
santos, según él, le fue dada la gracia de anunciar entre los gentiles el
evangelio de las inescrutables riquezas de Cristo. ¡Ohhh, que todos podamos
tener una idea propia igual que Pablo!
No hay comentarios:
Publicar un comentario