domingo, 21 de julio de 2013


Efesios 4: 17-21 La nueva vida en Cristo

17  Esto, pues, digo y requiero en el Señor: que ya no andéis como los otros gentiles, que andan en la vanidad de su mente,
18  teniendo el entendimiento entenebrecido, ajenos de la vida de Dios por la ignorancia que en ellos hay, por la dureza de su corazón;
19  los cuales, después que perdieron toda sensibilidad, se entregaron a la lascivia para cometer con avidez toda clase de impureza.
20  Mas vosotros no habéis aprendido así a Cristo,
21  si en verdad le habéis oído, y habéis sido por él enseñados, conforme a la verdad que está en Jesús.

¿Por qué es “nueva” esta vida a la que se refiere Pablo? ¿A qué se refiere cuando dice “en Cristo”? Cuando una persona decide entregar su vida a Cristo, se provoca una “conversión” y comienza a vivir una nueva vida, de la que le habló Jesús a Nicodemo en cierta ocasión (Juan 3:3-7). Esta vida se halla fundada en Cristo y debería recibir toda Su información y seguir en todos sus mandamientos, de quién se puede aprender constantemente: “mas vosotros no habéis aprendido así a Cristo” v.20.
Esta vida lleva implícita un énfasis que es la responsabilidad humana de abandonar el pecado que ennegrece el entendimiento y hace extraños a Dios a los que lo practican en ignorancia o bajo la dureza del corazón (v 18). Esto se practica generalmente en rebeldía hacia Dios y no en insensibilidad emocional. Cuando nacemos y vamos creciendo comenzamos a tener una sensibilidad hacia lo malo y a medida que lo practicamos, el pecado comienza a hacerse insensible a la mente y esto provoca una dureza en el corazón. A esto se refiere el apóstol cuando dice que no andemos como los otros gentiles, que andan en la vanidad de su mente, teniendo el entendimiento entenebrecido, ajenos de la vida de Dios por la ignorancia que en ellos hay, por la dureza de su corazón. Es una nueva vida la que hay que practicar con una nueva mente. Debemos cambiar el sentido de los pensamientos para dar lugar al fluir del Espíritu Santo de Dios guiándonos en todo momento.
La frase “vanidad de su mente” es un vacío, falta de propósito, lo que se traduce en un  entendimiento oscurecido, alienación de la vida de Dios, ignorancia de los caminos divinos, corazones endurecidos y pérdida de sensibilidad.
Pablo hace hincapié sobre un “estilo de vida completamente cambiado”. Indica que éste debe ser radicalmente diferente de aquel de los no convertidos a Cristo. Por eso termina este párrafo diciendo que si en verdad hemos oído, y sido por él enseñados, conforme a la verdad que está en Jesús debemos continuar aprendiendo de Él.
En resumen, conocer a Cristo es ser un discípulo atento para oír sus enseñanzas y estar anhelante para seguir sus instrucciones, y no vivir como los gentiles o los que no son creyentes.

Rubén Pelegrina

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