domingo, 21 de julio de 2013

Efesios 4: 14-16 ¿Qué es un niño fluctuante?

 V.14  Para que ya no seamos niños fluctuantes, llevados por doquiera de todo viento de doctrina, por estratagema de hombres que para engañar emplean con astucia las artimañas del error,
V.15  sino que siguiendo la verdad en amor, crezcamos en todo en aquel que es la cabeza, esto es, Cristo,
V.16  de quien todo el cuerpo, bien concertado y unido entre sí por todas las coyunturas que se ayudan mutuamente, según la actividad propia de cada miembro, recibe su crecimiento para ir edificándose en amor.

Comentario:
En este pasaje Pablo nos advierte contra la inmadurez, que ya no seamos niños en primer lugar.
Los creyentes están llamados a crecer en su vida espiritual, no pueden permanecer siendo niños toda su vida, niños que “no quieren” madurar. Estos niños espirituales se caracterizan por ser fluctuantes (esto viene de un término usado en el mar, que significa ser sacudido por las olas), por eso los creyentes inmaduros son inestables, son como un barco sin timón en medio de un mar tormentoso y son llevados por doquiera de todo viento de doctrina, cambian fácilmente de parecer y son presa fácil de enseñanzas engañosas. Que oscilan frente al viento, que en este caso se usa metafóricamente; “viento de doctrina…por estratagema” ó, trampa, astucia, ardid, engaño (v.14).
La única manera de poder descubrir el error es el conocer la verdad, a un empleado bancario no le enseñan a descubrir los billetes falsos, eso sería mucho trabajo, se le enseñan las características del verdadero billete. Todo el que es verdaderamente hijo de Dios, es parte de la iglesia, ama a Jesús, ama su verdad y aborrece el error y detesta la negación de la verdad.  El creyente debe conocer la verdad para descubrir el engaño, no debe ser fluctuante ni en doctrina, testimonio, principios, práctica y convicciones, ni siquiera conviviendo con grupos sectarios equivocados él debe cambiar su forma de pensar. En una parte de mi vida fui a vivir a otro país y pasé por varios grupos cristianos hasta descubrir el verdadero. Se podía oler en el ambiente cuando había principios o doctrinas mal interpretadas. Eso solo se descubre cuando se conoce la verdad. Por tal motivo Pablo nos insta a madurar, a equiparnos y dejar de volar con las olas, a crecer en Cristo, en la cabeza.
Debemos ser inteligentes para no vacilar, oscilar, dudar ni claudicar entre dos pensamientos, opiniones, bandos, creencias y doctrinas (“Y acercándose Elías a todo el pueblo, dijo: ¿Hasta cuándo claudicaréis vosotros entre dos pensamientos? Si Jehová es Dios, seguidle; y si Baal, id en pos de él. Y el pueblo no respondió palabra. 1ºReyes 18:21). Baal era mayormente un dios del clima y por lo tanto responsable por la cosecha, pero Dios era el verdadero que les otorgaba todo.
Hoy muchos no se dan cuenta que van tras un dios de la prosperidad o de la sanidad o de los milagros en vez de ir tras el Dios de la verdad. Debemos aprender a descubrir por la verdad las enseñanzas de la verdad o la mentira.
Rubén Pelegrina


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