miércoles, 14 de agosto de 2013


Efesios 4:25  La mentira

25  Por lo cual, desechando la mentira, hablad verdad cada uno con su prójimo; porque somos miembros los unos de los otros.

Comentario:

La Biblia habla mucho de la mentira y uno de los pasajes es el que Pablo les enseña a los Efesios aquí a no mentir.
Una fábula que grafica muy bien lo que es la mentira y lo que nos trae aparejado dice que una anciana que estaba a punto de perder la vista ofreció a un médico una jugosa recompensa a cambio de un tratamiento que le mejore la vista.
El médico, quien además de médico era un ladrón y mentiroso consumado, solamente se limitaba a untar aceite en los ojos de la anciana y mientras ésta tenía los ojos cerrados, aprovechaba para llevarse una a una las cosas de valor que la anciana tenía en su casa.
Cuando ya no quedaban más cosas que llevarse, el médico dijo a la anciana que el tratamiento había terminado y reclamó la recompensa acordada. Pero la anciana rehusó realizar el pago, por lo cual el médico le llevó a los tribunales de justicia.
En su defensa, la anciana decía a los magistrados: En verdad prometí pagar esa recompensa, pero siempre y cuando me mejore la vista. Pues sucede que antes del tratamiento, al menos veía borrosamente las cosas de mi casa, en cambio ahora, ¡no las veo en absoluto! La mentira es como un bumerang, siempre halla la forma de regresar para golpear al mentiroso.
En Colosenses 3:9 se nos prohíbe mentir: "No mintáis los unos a los otros, habiéndoos despojado del viejo hombre con sus hechos".
En Proverbios 6:16-19 se nos enseña que Dios odia la mentira y que la abomina (Proverbios 12:22).
La mentira afecta la comunión con Dios. Isaías 59:2-3 dice: "Pero vuestras iniquidades han hecho división entre vosotros y vuestro Dios… vuestros labios pronuncian mentira, habla maldad vuestra lengua."
En Juan 8:44 se nos dice que podemos tener un padre de mentira: "Vosotros sois de vuestro padre el diablo, y los deseos de vuestro padre queréis hacer. Él ha sido homicida desde el principio, y no ha permanecido en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, de suyo habla; porque es mentiroso, y padre de mentira."
En Hechos 5:3 se nos dice que Satanás llena el corazón de los mentirosos.
El Salmo 40:4 nos alienta a no desviar el pensamiento tras la mentira: "Bienaventurado el hombre que puso en Jehová su confianza, y no mira a los soberbios, ni a los que se desvían tras la mentira."
Es tan sencillo deslizarse por el barranco de la mentira, que la Biblia nos aconseja a los creyentes a orar a Dios pidiendo no caer en la mentira. Salmo 119:29 dice: "Aparata de mí el camino de la mentira, y en tu misericordia concédeme tu ley."
Podemos empezar hoy mismo en el pensamiento, a no mentir.


Rubén Pelegrina

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